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CETRERÍA
PARA SANAR 

Foto:  Juan Carlos Noreña

Alex Ospina, piloto, aviador e instructor de vuelo, es uno de los pocos cetreros rehabilitadores de Colombia. 


Desde los cinco años las aves y la aviación se convirtieron en su mayor pasión o mejor, en una obsesión. 

La cetrería es el arte de entrenar aves para volar y cazar en medio silvestre, pero en este caso utilizan estas técnicas milenarias evolucionadas a la era moderna, para rehabilitar rapaces heridas o enfermas.  

Todo comenzó con el programa Naturalia de la presentadora Gloria Valencia de Castaño cuando emitía capítulos del programa español El Hombre y la Tierra, conducido por e Félix Rodríguez de la Fuente, un ecologista, conservacionista y cetrero. 


“Un día lo vi entrenando águilas, halcones y gavilanes. Y Ahí me dañó para toda la vida, ya no pude ser el mismo. Yo decía, no puede ser, cómo hace este tipo para que un águila vuele lejos y vuelva a la casa”. 

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Foto: Ignacio Galán

Empezó a investigar desde muy joven, pero en Colombia no existía información. Al tiempo, se enrutó en la aviación experimental deportiva: acrobacia, ultralivianos, construcción amateur, buscaba ser piloto acróbata. Fue la mano derecha de un ingeniero aeronáutico en la primera escuela colombiana que fabricaba aviones de acrobacia. 


Pero Alex no dejaba la inquietud por el entrenamiento de pájaros, siguió buscando y encontró a quien más adelante fuera su mentor: el Dr. Álvaro Torres Barreto, un prestigioso veterinario de los Institutos de Recursos Naturales Renovables y del Ambiente (Inderena) y de Cultura Hispánica. 


Torres Barreto, dedicaba su vida al estudio de las aves, tenía en su casa del centro de Bogotá, un sitio donde albergaba rapaces que por uno u otro motivo llegaban heridas, decomisadas, ‘vueltas nada’ y él las curaba para posteriormente liberarlas. 

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Foto: Ignacio Galán

Había muchas aves residentes con las que desarrolló algunas técnicas de rehabilitación. 


Ospina narra cómo, hablar de cetrería en ese tiempo era imposible: “Si bien es un arte milenario, Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, en Colombia nunca ha existido y espero no exista porque la cetrería deportiva que es lo que hacen en los países europeos, árabes en Estados Unidos es una práctica de mucha responsabilidad”.


Recuerda con cierta inquietud, que su maestro Álvaro Torres escribió el libro Cetrería Neotropical a partir de su experiencia en el manejo de las rapaces. “Antes de fallecer, en su lecho de muerte, me pidió que recogiera todos los textos que viera en las en las librerías, le pesó haberlo escrito porque la gente en los 80 empezó a comprar aves rapaces dizque para entrenarlas y lo que hacían era maltratarlas, a parte del tráfico ilegal… y eso le perturbaba la vida”.

Para entonces, su Maestro tenía un discípulo, César Márquez, un arquitecto que abandonó su profesión para buscar ciencia con las rapaces y se especializó en manejo de fauna silvestre en Alemania y Costa Rica, luego se vinculó al Instituto Humboldt. “Ahora está retirado, pero viene a la Fundación, él es la única persona en Colombia que tiene la rienda de las aves rapaces”.


Incidió mucho en Alex porque era el representante de The Peregrine Fund, creado por científicos, biólogos, cetreros en la Universidad de Cornell y la Estatal de Idaho, en los años 60, para la buscar la causa de la extinción del halcón peregrino ─el ave más veloz del mundo─ y otras rapaces.  


Esa iniciativa la celebra porque encontraron que esas aves se extinguían a causa de la fumigación con contaminantes órgano-fosforados como el DDT, porque producía una descalcificación en las hembras y los huevos los ponían sin cáscara. Para entonces, cerca del 80% de la especie estaba casi desaparecida en los Estados Unidos Canadá y Alaska.

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Foto: Gilder González

Comenta que el proyecto para recuperar las poblaciones de halcón peregrino tomó mucha fuerza en los 70, tanta que en el año 2002 el animal salió de la Lista Roja como especie en vía de extinción, porque lograron la reproducción masiva de halcones, aparte de legislar y prohibir el contaminante.


“Esa Fundación siempre ha sido para nosotros como la madre, el modelo a seguir, la diferencia es que ellos eran apoyados económicamente por muchas entidades, empezando por Roy Disney y el hijo de Walt Disney a través de Disney Estudios y Disney Foundation. Además, miles de estadounidenses donaban para sacar adelante el proyecto”.

Con tantas experiencias vividas al lado de su Maestro y de Cesar, Alex se fue enfocando en ese sueño de infancia y poco apoco aprendió lo que tanto quería desde niño: hacer que las águilas, halcones y gavilanes volaran y volvieran a casa. Se dedicó a la cetrería aplicada a la recuperación de las rapaces. Creó la Fundación Águilas de los Andes (FADA) y desde allí el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces (CRARSI), en San Isidro, Pereira. Esto lo combina con otra actividad que solo él realiza el Colombia, el control de fauna invasora en aeropuertos y fábricas. 


Es enfático en que la Cetrería moderna no utiliza animales silvestres porque está reglamentada y controlada, solo nacidos en cautiverio o en zoocriaderos especializados. “No se puede coger un halcón peregrino y entrenarlo como hacían en los años 60 o 70 para cazar con él. No, no, no. Hoy día, hay que tener una licencia, haber sido acreditado como cetrero y tener un sitio adecuado, y lo  más importante, cuando se adquiere el animal es compromiso para toda la vida”.


Allí en San Isidro, en el sector de Cerritos, pasa su tiempo gestionando, rehabilitando y entrenando las aves que llegan de todo el país. Han logrado recuperar halcones peregrinos (Falco peregrinus), como un macho remitido por la Secretaría de Ambiente de Bogotá, en julio de 2022, que no podía volar. Y además ha formado a un grupo de cetreros, entre ellos Alejandro y Ana María, sus dos más cercanos colaboradores, actualmente. 

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Caperuzas para cetrería.

Consultada Ana María sobre esta actividad opina: “La cetrería no es un hobby sino es un estilo de vida. Mi vida finalmente hizo click, todo encajó. Adicional a esto tengo la ventaja de que mi forma de vida y trabajo van muy de la mano, entonces todo gira en torno a las rapaces. Finalmente, me ha dado la oportunidad de viajar y conocer gente del todo el mundo, además de aportarle a la ciencia y la conservación”.


En efecto, la Fundación está enlazada con redes internacionales con quienes comparten información, materiales científicos, tratamientos para las aves y amistad.

Como parte de todo el trabajo que realizan con científicos de todo el mundo, en 2024 FADA será responsable de coordinar la Quinta Conferencia de Aves Rapaces Neotropicales, en Pereira, en alianza con The Peregrine Fund, la Universidad Tecnológica de Pereira y el Bioparque Ukumarí.


Eso tiene emocionado a Alex porque afirma que será una oportunidad para dar a conocer los avances logrados y conocer las últimas investigaciones en este tipo de avifauna.
Así va la vida de Alex Ospina, el cetrero rehabilitador, que también es piloto, aviador e instructor de vuelo.

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Foto: Ignacio Galán

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